Genaro Rodríguez mostrando su pesca.
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Tras 4 años, Honda vive una bonanza de peces
Según el alcalde, de 600 familias censadas 250 subsisten únicamente de la pesca.
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Mientras lanza su red a las aguas del río Magdalena que pasan por Honda, Genaro Rodríguez da gracias a Dios porque desde hace una semana, cada vez que la retira del agua, sale llena de peces.
“Lo que más estamos sacando es el nicuro y el bocachico, algo de bagre y cachama”, aseguró este pescador, de 65 años, quien en solo unos días ha logrado reunir 500.000 pesos.
Recuerda con tristeza que en los últimos cuatro años no le valían las madrugadas o recorridos hasta altas horas de la noche a lo largo de los dos kilómetros y medio que le tocan al municipio tolimense de ribera, pues sus redes, casi siempre, salían vacías o con pequeñas cantidades.
Esto le trajo dificultades económicas a su familia y a las de todos los pescadores. Él, particularmente, tuvo que conseguir trabajo en construcción para subsistir. Otros buscaron más alternativas y pusieron tiendas y ventas de helados.
Según el alcalde de la población, Juan Guillermo Beltrán, son 600 familias las que están censadas dentro del sector de los pescadores. De estas, 250 subsisten únicamente de la pesca.
La abundante subienda ya deja ver los beneficios. Por ejemplo, el sector hotelero, actualmente, se encuentra copado al 100 por ciento y la llegada de turistas y comerciantes de pescado, de sitios como Ibagué, Bogotá, Pereira, Cali y Medellín, ha movido la economía del municipio.
Eso sí, Beltrán dejó claro que, aunque nadie les puede quitar a los hondanos la alegría por la nutrida subienda, es triste ver que se están sacando peces de talla pequeña. Y ya lo ha dicho en diversas ocasiones la Autoridad Nacional de Pesca, la comercialización de peces que estén debajo de la talla mínima autorizada está acabando con la sostenibilidad del recurso.
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Tomado de;
http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/bonanza-de-peces-en-honda/16790644
1 comentario:
La pesca es una actividad noble y generosa cuando se realiza con acato a las normas técnicas establecidas para el efecto y con respeto a las normas legales que intentan regular dicha actividad, es decir, cuando pescador y comprador se autorregulan e interregulan. La tendencia a la anarquía es fuerte en el humano, tanto que si acata estas normas puede pensar que se comporta "oso". Es ridículo, pero es así. Quien se acerca al río debe hacerlo con cuidado y respeto por el mismo río, éste no es un estanque para tirar atarraya o bolear cóngolo como sea y sacar lo que caiga. La sostenibilidad del recurso natural también depende de las acciones antrópicas. Nuestro río Magdalena, como otros del país, está descuidado y mal tratado por la gente, por las industrias y por las ganas desaforadas de dinero. También es tema de la pedagogía humana, de la ecología humana.
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