lunes, 5 de agosto de 2013

Un hombre incombustible por Guillermo Pérez Flórez (Periódico El Nuevo Día)

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En la fotografía de izquierda a derecha. Dr. David Ramón Caldas, Rector COREDUCACIÓN. Dra. Elsa Laverde Polanco. Dr. Néstor Hernando Parra Escobar y Tiberio Murcia Godoy.
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Es una de las personas más lúcidas, informadas y cultas que conozco; tiene una disciplina incitante para ‘meterle muela’ a asuntos de interés público, nacionales e internacionales; lector desenfrenado, con la costumbre de leer dos y tres libros a la vez, de los que –óigase bien- casi siempre hace resumen, de suerte que puede releerlos rápidamente, con notas y comentarios personales.
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Es una de las personas más lúcidas, informadas y cultas que conozco; tiene una disciplina incitante para ‘meterle muela’ a asuntos de interés público, nacionales e internacionales; lector desenfrenado, con la costumbre de leer dos y tres libros a la vez, de los que –óigase bien- casi siempre hace resumen, de suerte que puede releerlos rápidamente, con notas y comentarios personales; recibe clases en la universidad a sus ochenta y pocos años, en donde se tutea intelectualmente con profesores de prestigio; tiene la memoria de un hombre de treinta años y una agilidad mental envidiable que le permite hacer operaciones matemáticas sin recurrir a la calculadora; no traga entero lo que le dicen, y suele comprobar las fuentes; le encanta romper paradigmas, y desaprender, para luego volver a aprender, por el mero placer del conocimiento mismo.

Hablo de Néstor Hernando Parra Escobar, exgobernador del Tolima, exrector de la universidad del Tolima, exrepresentante a la cámara y exembajador de Colombia, entre otros cargos públicos. Un hombre estrechamente preocupado por la cuestión educativa, sobre la cual ha escrito varios textos. En Honda, su ciudad natal, fundó la Corporación Universitaria del Norte del Tolima y en Ibagué contribuyó a crear la Corporación Universitaria de Ibagué, hoy Universidad de Ibagué, institución que, precisamente, acaba de publicar sus obras selectas, lanzadas en la ciudad musical el pasado viernes. La distancia me ha impedido acompañarle, y me duele porque se trata de uno de los amigos que más quiero y admiro. Un amigo que heredé de mi padre, pero que creo haber sabido cultivar hasta el punto de permitirme licencias personales como la de hacerle bromas o contradecirlo, por el gusto de verlo argumentar. Vive actualizado sobre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, fanático del correo electrónico, los mensajes de texto, el chat de la telefonía móvil, cual si fuese un chiquillo de veinte años.

En su primera juventud se hizo amigo de Carlos Lleras Restrepo, de quien fue alumno. Por él tomó interés en los asuntos económicos y fiscales, y en la política. Estaba a su lado el 6 de septiembre de 1952 cuando vándalos incendiaron a este su casa en Bogotá. Se dice que Parra, literalmente, le salvó la vida a Lleras, a quien acompañó en sus causas políticas como ideólogo pero también como orador. Pertenece a una zaga, casi extinta, de hombres de estado, al igual que otros grandes del Tolima. Fue uno de los primeros socialdemócratas en Colombia y trabajó de manera infatigable por afiliar al partido Liberal a la Internacional Socialista, causa que posteriormente retomara el expresidente Alfonso López Michelsen, de quien fuera amigo y contradictor.  

Harían falta muchas páginas para relatar el historial político y académico de Néstor Hernando. En buena hora la Universidad de Ibagué, y su rector Alfonso Reyes, decidieron recoger y publicar su obra. Es un merecido reconocimiento a una de las personas más importantes del Tolima. Lo que faltaría es repatriarlo, pues vive en esa bella ciudad del mediterráneo español que es Valencia, desde hace más de una década. Quizás sea infidente por contar lo siguiente, pero vale la pena. Un día fui a visitarlo, y en una de nuestras caminatas por las amplias alamedas valencianas le pregunté qué le animaría volver a Colombia, y me dijo sin pensarlo: “Coordinar un grupo de investigación en una universidad”. Una muestra hermosa de compromiso con Colombia. Ojala y así fuera. Creo que Néstor Hernando Parra vivirá cien o más años, como su padre. Y pensará, y leerá, y escribirá, para fortuna de todos, hasta el último minuto, de la última hora, del último día. Maestro: un abrazo para ti, para Albita y para todos tus hijos, nietos y bisnietos. Quienes nos preciamos de ser tus amigos no sentimos felices por esta publicación.
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Tomado de:
http://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/opinion/columnistas/190348-un-hombre-incombustible

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