domingo, 31 de agosto de 2008

DE El REMOLINO AL BARRIO EL CARMEN


De El Remolino al El Carmen


La fuerte actividad, bullicio y movimiento de personas que se observa hoy en el Barrio El Carmen uno de los nodos principales del comercio de la Villa de Honda, es el reflejo de la importancia del mismo para la economía de la ciudad, y donde los comerciantes del sector se están uniendo para trabajar mancomunadamente para sacar avante sus proyectos y prestar cada día un mejor servicio no solo a los hondanos, sino a miles de visitantes que arriban a este lugar.

El Carmen debe ser la cara amable de Honda por ser la primera impresión que se lleva los miles de viajeros que cruzan por Honda, ya que es el único lugar que observan sin bajarse de sus vehículos.

La génesis de este importante sector, inicia cuando los españoles instalaron aquí las viviendas de los aborígenes, negros y mestizos, construyéndoles una capilla para adoctrinamiento, años después cuando la Villa se acrecenta en su población fue denominada Barrio El Remolino, nombre dado por formarse aguas abajo del río grande de la Magdalena un fuerte remolino, que dejaba empalizadas.

En la colonia se construyen importantes edificios como el Colegio, convento y luego Hospital de los Jesuitas, mas tarde la viceparroquia conocida como Nuestra Señora de El Carmen, la cual algunos cronistas afirman “que el dicho templo permanece la primera imagen de la Virgen de El Carmen traída a la Nueva Granada y por eso se conoce como la primera granadina”, la cual se salvo del terremoto del año de 1.805. Don Alejandro Agudelo es uno de los tantos benefactores que contribuyo a rescatar la viceparroquia, la cual fue elevada a Parroquia luego de la expulsión de los Jesuitas.

También encontramos en el sector que la actual residencia de los Castro Parra funciono el convento de los Dominicos, y donde esta construido el puente Luis Ignacio Andrade “El Carmen”, estuvo la tétrica cárcel denominada “La Ciega”. El sector se denomina El Carmen por el templo de Nuestra Señora de El Carmen y así hasta nuestros días se le llama, hasta el hecho de haberse creado como Barrio con el mismo nombre. Otros atractivos de este importante sector es el Parque de la Independencia donde resalta el obelisco de la libertad, construido en 1.910 en homenaje a los hombres que participaron en la independencia de la hoy Republica de Colombia. Existe un hermoso puente de mampostería que data de la colonia, otros atractivos el teatro Guali, la calle de El Remolino y/o Tenerife, la Calle de San Miguel, callejones y paseos. El majestuoso monumento “El boga de la libertad” único monumento en América a la raza africana, la estación del ferrocarril hoy centro comercial Santa Mónica, el teatro Honda, el hotel América, banco de la Republica, hoteles y establecimientos comerciales dignos de observar y realizar allí las compras. Esto y mucho más son los atractivos que hacen del Barrio El carmen un epicentro del comercio, transporte y turismo en Honda

domingo, 24 de agosto de 2008

Parroquia de Blancos de San Bartolomé de Honda

Entre la Estación del Ferrocarril y la fábrica de cerveza, en el barrio Alto de San Juan de Dios, funciono hace 386 años la primera Parroquia en la Villa de San Bartolomé de Honda.

Por. Lic. Tiberio Murcia Godoy*

Solo hasta el siglo XXI se pudo dar con certeza el lugar donde había sido construida la Parroquia de Blancos de San Bartolomé, la cual fue erigida el 24 de agosto de 1.620. Y esto se logro gracias al trabajo de la investigadora Ángela Inés Guzmán, “La ciudad del río Honda”, publicado en el 2.002, y que en honor a la verdad muy pocos hondanos habrán leído, y Rufino Gutiérrez en “Monografías” 1.920. Aunque Roberto Velandia Rodríguez en su libro “La Villa de San Bartolomé de Honda” editado en 1.989, y Armando Moreno S., en “Honda, una historia urbana singular”, nos habían dado puntadas muy interesantes no nos indicaron el lugar, y que decir de Padre. Pedro de Mercado S,J. en su libro “Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús”, quien además fue rector del colegio en 1.678, no nos acerco siquiera, o Juan Manuel Pacheco, S.J, con su libro “Los Jesuitas en Colombia”. Tomo I (1567-1654) quien hace un estudio minucioso de la Compañía. Pues bien amigo lector con estos verdaderos pesos pesados de la historiografía colombiana, corremos el velo de la Parroquia de Blancos de San Bartolomé y mostramos el sector donde estuvo ubicada la primera Parroquia de la Villa de San Bartolomé, erigida un 24 de agosto de 1.620, hace 386 años.

Parroquia
En la época colonial se clasificaban las poblaciones de acuerdo a la importancia, y recibía el titulo que le correspondía, así; Ciudad, la que había sido fundada; Villa, mediante solicitud interpuesta por notables sufragando dinero a la Corona; Parroquia de Blancos. Parroquia de Negros, cuando tenia cura párroco, (para Españoles o Negros), y un poco mas abajo Encomienda, a cargo de una persona muy cercana al conquistador de las nuevas tierras fundadas. Por lo que observamos que Honda antes de ser Villa, fue clasificando de acuerdo a su progreso, de ahí que nos adentraremos a la Parroquia que se nos fue concedida hace 386 años. Esta génesis nos la describen los padres Mercado y Pacheco “De paso para Antioquia dieron en este puerto, en 1.620, una fructuosa misión los PP. José Alitran y Vicente Imperial. Había muerto en aquellos días el párroco del lugar, Gonzalo Vera, y los vecinos se empeñaron en que los Jesuitas rigieran los destinos espirituales de la población. Tanto insistieron que obligaron al P. Imperial a regresar a Santafe con cartas apremiantes del capitán Martín de Ocampo, corregidor de Mariquita, del capitán Ruiz Díaz de Aguilar, juez de canoas, y de otros vecinos importantes.
Encontrase en Guaduas el P. Imperial con el presidente don Juan de Borja, quien gustoso concedió de su parte la autorización necesaria para que la Compañía se encargara del curato. De visita en Tunja se hallaba el arzobispo don Hernando Arias de Ugarte, y hasta allá llego el P. Imperial. Al exponerle el jesuita su misión respondió el prelado “No solo esa doctrina sino todas las del arzobispado entregaría con gusto a la Compañía”, fue así como. “En agosto de 1.620 eran nombrados párrocos de Honda los PP. Pedro de Ossad y José Alitran”, “y empezó en un muy señalado día que fue víspera de San Bartolomé”.

Primeros curas párrocos
El Padre Mercado nos recuerda que “Por primicias cogieron el padre Pedro de Ossat y su compañero el padre Josef de Alitran las incomodidades del templo”, “el padre Pedro de Ossad, aragonés, fue el primer cura religioso de este pueblo y también su vicario”, “No todos los vecinos de Honda se mostraban contentos con la venida de los jesuitas. La oposición pronto comenzó. Pero no por esto juzgaba la congregación provincial de 1.621 que se debía dejar la parroquia. En uno de los postulados pide que se conserve. Es, añadía la congregación, un lugar muy a propósito para nuestros ministerios, pues es un puerto muy activo. En un año han sido bautizados 300 negros”.

Los Primeros Ornamentos
Iglesia que se respete debe estar muy bien equipada y de ahí depende la gestión de los padres que se encuentren al frente de la misma.“Estos dos primeros padres pusieron su primer cuidado para que la iglesia tuviese lo necesario con curiosidad y aliño para el culto divino y especialmente para celebrar el santo sacrificio de la misa. Su devoción eligió por titular de la iglesia a la Virgen Santísima en el glorioso día de su Asunción a los cielos, y para este efecto hicieron traer desde Santafe a Honda un muy grande y muy bello lienzo deste misterio glorioso y con gran aliño de carteles dorados lo colocaron en el altar mayor, pero después de muchos años el templo caliente de Honda que no sufre la conservación de las cosas lo consumió y acabo del todo”.

Lo elevan a categoría de Colegio
Muchos años después y por la importancia que resalta la Iglesia y los buenos oficios y recomendaciones del Presidente don Juan de Borja quien llega a insinuar en carta al Rey enviada el 26 de junio de 1.626 que reza “ en Honda los Padres de la Compañía han hecho mayor aprovechamiento que en ninguna otra parte por la templanza y moderación que han puesto en la vida relajada que allí tenían estos esclavos y algunos indios del ministerio de la boga”, esta y muchas otras hizo que en el año de 1634 se le diera categoría de Colegio, siendo su primer rector el superior, padre Julio Ledi.

Erección en Villa y deseo de españoles en arrebatar la iglesia a los Jesuitas
Otra fecha importante para la ciudad, fue la haber sido elevada a Villa en el año de 1.643, y como los españoles no deseaban que los Jesuitas fuesen sus curas, aprovecharon esta coyuntura para exigir por la fuerza que la Iglesia de los Jesuitas pasara a los Españoles y que estos solo dieran misa a los negros y aborígenes, Mercado resalta este insuceso. “Trataron los españoles de engrandecer el pueblo con titulo de Villa y lo alcanzaron poniendo en ella regidores y eligiendo alcaldes. También consiguieron que se les señalase cura de españoles y lo fue el maestro Bartolomé Jijon por espacio de pocos años y a los de la Compañía los dejaron en la posesión de curas y doctrineros de todos los indios y negros bogadores”,”Para que el nuevo cura ejercitase con los españoles su oficio se fueron algunos a nuestra iglesia para quitárnosla violentamente diciendo que aquella iglesia era del pueblo, pero los de la Compañía probaron que se había fabricado a expensas del Colegio de Honda, y así viéndose convencidos fueron fabricando su iglesia parroquial de tapias y teja” .

Mejora en ornamentos
Pasado de estas calamidades naturales de la época y siendo rector el Padre Mercado ”Compro muchos lienzos con que adorno las paredes de la Iglesia. Puso en el pulpito un lienzo de la imagen del apóstol de la India San Francisco Xavier con sobrepelliz. Agrando la sacristía y encima de la mesa donde se revisten los sacerdotes coloco una hermosa y devota imagen de nuestro padre San Ignacio. Mando hacer una imagen de bulto del apóstol San Bartolomé, colocándola en el altar. También hizo fabricar en Santafe una bella imagen de escultura de nuestro padre San Ignacio y la coloco en el primer arco que estaba a un lado de la iglesia haciéndole propio altar”, esto obviamente embelleció la iglesia.

Recuperan el Curato
Como habíamos comentado antes los españoles le habían arrebatado la Parroquia a los Jesuitas, según el Padre Juan Manuel Pacheco hubo mucha comunicaciones de aquí para allá y viceversa y lograron de nuevo la Parroquia, mediante “Una nueva real cedula obtuvieron los Jesuitas en 1.650, en que se urgía el cumplimiento de la anterior. En ella después de ordenar a la audiencia la ejecución de lo ya mandado y de declarar nula la razón del arzobispo (de quitarles la Parroquia). Esta cedula puso fin al litigio. El señor Lucas Fernández de Piedrahita, gobernador del arzobispado por muerte del señor Torres, puso de nuevo a los Jesuitas en posesión del curato”, de nuevo se encontraron españoles, negros y aborígenes en la misma iglesia.

Hospital de los Jesuitas
En el año de 1.678 falleció el señor Jorge Grijalva, quien dejo buenos recursos económicos, y había nombrado como albacea al alférez Pedro González Barroso, “el cual cristianamente hizo el testamento con el poder que le dio el difunto señalo la cantidad que pudo para la fabrica del hospital dándole los nombres de los santos Cosme y Damián”. “Para su edificio ofreció el padre rector un solar que tiene la Compañía en la plazuela enfrente de su mismo templo con intención de tener mas cerca y mas a manos a los enfermos. Pero el alférez Pedro González Barroso objetó que el solar ofrecido estaba lejos del rio, y que para la limpieza tan necesaria en un hospital era preciso que estuviese cerca el agua. No tuvo el padre rector respuesta con que satisfacer a la objeción, pero lo que hizo fue negociar con el alférez real don Jerónimo de Mena Loyola que a menor precio vendiese un solar que tenia cerca del río Guali. En este sitio edifico el alférez Pedro González Barroso con tapias y con cubierta de teja la casa de los pobres dividida en dos salas, la una para los varones, la otra para las hembras”. Este hospital estuvo ubicado en lo que denomínanos calle Bavaria, vía al puente Pearson.
Ubicación de la Parroquia
Roberto Velandia en su libro “La Villa de San Bartolomé de Honda” de 1.989, escribía muy generalizado el lugar donde estaba la Iglesia de los Jesuitas en el año de 1.746, el cual reza “Que la parte donde estamos hoy en día fundados es una inculta selva, el Colegio circundado de montes y ásperas serranías, y tan dilatada y alejada del común comercio nuestra vivienda, que es nuestra Iglesia muy poco frecuentada, ya en orden a platicas y sermones que de ordinario son de parte de noche, por el temor de culebras y otras sabandijas”. “Delante de este nuestro Colegio hay un gran pedazo de suelo donde viven varios pobres con sus casitas, y cada un da para el día de N.S.P. (Nuestro Santo Patrón) una gallina en reconocimiento a dicho suelo”. Pero de ahí nada más.

El padre Jesuita Felipe Salvador Gilij quien paso por Honda en 1.743, en su libro “Ensayo de Historia Americana”, Pág. 359, escribe,”Hubo también, pero fuera del caserío, un pequeño colegio de jesuitas que se vendió después a los hermanos de San Juan de Dios, que creo estén allá todavía para beneficio de aquella región. Los jesuitas estaban edificando otro mas apropiado frente a los observantes (franciscanos) cuando salieron”.

Por eso en Honda durante muchos años tal vez por desinterés, apatía o desidia no daban información sobre el sitio o lugar preciso donde funciono la primera Parroquia en la Villa de San Bartolomé de Honda, aunque Rufino Gutiérrez en su libro “Monografías” publicado en 1.920 en la Biblioteca de Historia Nacional, dio unas puntadas al escribir, con base a una visita que hizo a Honda el 14 de marzo de 1.917 lo siguiente; “Donde esta hoy la estación del ferrocarril parece que empezaban a construir los jesuitas un edificio para colegio cuando vino la expulsión”. Bueno algo es algo, al observar don Rufino las ruinas creyó que eran las que habían quedado al empezar la construcción, cuando en realidad eran las ruinas dejadas de las edificaciones de los Jesuitas.

Pero fue la investigadora, Arquitecta Ángela Inés Guzmán quien en su obra “La ciudad del río. Honda”, publicado por la Universidad Nacional en el 2.002 quien dios las puntadas con mas aciertos incluyendo el mapa que elaboro donde ubica con certeza el sitio donde estuvo ubicado esta importante Parroquia en el Siglo XVII, y lo observamos claramente en la pagina 50, del libro citado. Ella además escribe,” El edificio del antiguo convento de la Compañía de Jesús estaba localizado a una cuadra del casco urbano, en el arrabal de la Villa”.

Los túneles que conducían al convento
Otros datos interesantes que tienen que ver con el terreno citado son los siguientes. Eduardo López en su libro “Temas Nacionales” publicado en 1.932 y citado por Velandia, escribe, “el hospital tiene una comunicación subterránea con un lugar desconocido, existe la seguridad popular de que se trata de un túnel, quizás porque el terreno perteneciera en una época a los Jesuitas”. Y el medico hondano Ramiro Parias Burgos fallecido en el año de 2.005 en Barranquilla en una carta enviada al periódico Pro-Honda, en 1.988, escribe, “Por lo leído creo que el señor José Vicente Molano Fernández nunca tuvo la oportunidad de ver algo de ese famosos túnel y en cambio yo si, cuando era muchacho y por enfrente de la casa de mi padre, cercana a la estación del ferrocarril y por lo tanto del antiguo convento de los padres de San Juan de Dios, se construía en ese tiempo el alcantarillado y los obreros cayeron en parte del túnel, llegando luego hasta la boca que estaba por ese entonces tapada y daba al piso de la bodega sur del ferrocarril de La Dorada. Mas ancho que alto, empedrado, con curvas y desniveles táctico-militares, que recuerdan en parte la topografía y recorrido de la vieja calle de Las Trampas”.


Traslado, venta de antiguos edificio y expulsión
A raíz que todo el comercio estaba concentrado a las riberas del río Guali, los Jesuitas iniciaron contactos para trasladarse a un sitio mas cerca al pueblo. Y fue así como “ los señores Pedro Montero, Juan Peláez, Antonio de Reategui y Francisco Javier de Rivas conceptuaron que;” Solo hallamos por útil y conveniente el sitio o lugar que esta al pie del puente con cola y campo suficientísimo para nuestra vivienda y oficinas necesarias, sin que tenga registro de parte alguna; la puerta de la Iglesia que ha de ser frente con la calle mas principal, llana y extendida, y hoy en día adornada de muchos edificios de casas y tienda de cal y canto y teja”. Además, “El presidente de la Real Audiencia en 1.736 los había autorizado para “trasladar el Colegio al centro de la ciudad, junto al puente sobre el río Guali”, con la condición de demoler lo hecho si el Rey no lo aprobaba. Y al efecto se comenzó, (la construcción) pero en 1.764 los Franciscanos se opusieron y pidieron la suspensión de la obra por no tener licencia y estar muy cerca del suyo”. Obra que no pudieron parar por que estaba casi terminada”.

El cabildo adquirió la antigua edificación de los Jesuitas, gracias a los buenos oficios del Rey quien por Real Cedula del 11 de septiembre de 1.765 ordeno la construcción de un hospital que estuviese a cargo de los religiosos de San Juan de Dios, ofreciendo diez mil pesos para ello. Los Jesuitas vendieron por siete mil pesos sus antiguos edificios, y se trasladaron a su nueva sede ubicada en donde hoy queda el Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas, sede que no aprovecharon mucho porque fueron “expulsados de la Villa de Honda el 2 de agosto de 1.767”. Del edificio que nos estamos refiriendo paso a convertirse en la fábrica de aguardiente en 1.779 hasta el terremoto de 1.805, y a mediados o finales del siglo XIX inicio el funcionamiento del hospital San Juan de Dios, hasta el año de 1.959, cuando fue trasladado al sitio que se encuentra hoy en día en el barrio La Aurora..

Conclusión
El autor consulto a varias personas como Teresa Pinto Ravagli, Rosalba Godoy de Duran, Hernán Rodríguez Castro, Rodrigo Valencia Bonilla, Miguel Antonio Sierra entre otros, quienes hablan de una construcción muy hermosa denominada “Colegio de la Presentación” en donde quedaban las bodegas y entrada de vehículos de la Cervecería Bavaria en la Calle 15 con Carrera 13 , y frente de esta, donde queda la escuela sede B. Juan Manuel Rudas, funciono “el Hospital infantil”, lo que sustenta aun mas que todo este terreno ,en la franja entre la Estación del Ferrocarril y la fabrica de cerveza, la Compañía de Jesús construyo su Iglesia, convento y Colegio en el actual barrio Alto de San Juan de Dios. Quedando despejada cualquier duda o e interrogación sobre el sitio y lugar donde funciono la primera Parroquia en la Villa de San Bartolomé de Honda.

*Licenciado en Ciencias Sociales. Universidad de Caldas.
Especialista en Recreación Ecológica y Social. Fundación Universitaria Los Libertadores.
Diplomado en Cátedra Tolima. Universidad del Tolima.
Diplomado en Alta Gerencia Cultural de Cundinamarca Fundación Jhon F. Kennedy
Docente en Ciencias Sociales Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá, Guaduas Cundinamarca.

Bibliografía

GILIJ Salvador Felipe. Ensayo de Historia Americana. Editorial Sucre. 1.955. Bogota. Pág. 359.

GUTIERREZ Rufino. Monografías. Tomo I. Biblioteca de Historia Nacional. Volumen XXVIII. Imprenta Nacional. Bogota. 1.920. Pág. 256.

GUZMAN Ángela Inés. La ciudad del río. Honda. Unibiblos, Universidad Nacional de Colombia. Bogota. 2.002. Págs. 39,51.

LOPEZ Eduardo. Temas Nacionales.. Tomo III. 1932, Págs. 6 y 7. Citado por VELANDIA R. Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Editorial Nelly. Bogota. 1.989. Pág. 246.

MERCADO De Pedro. Padre s.j. Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús. Tomo II.. Biblioteca de la Presidencia de la Republica. Bogota. 1.952. Págs.179 a 208.

MORENO S. Armando. Honda una historia urbana singular. Imágenes Bolívar. Ibagué. 1.996. Págs. 46,47,49.

PACHECO Juan Manuel. Los Jesuitas en Colombia. (1567-1654). Tomo I. Editorial San Juan Eudes. Bogota. 1.959. Págs. 180 a 187.

PARIAS Burgos Ramiro. Buzón. Pro-Honda. Año XIX. No 242. Septiembre de 1.988. Pág.13.

VELANDIA R. Roberto. La Villa de San Bartolomé de Honda. Editorial Nelly. Bogota. 1.989. Págs. 143,154,192