Con 78 años dedicados a la labor pastoral en favor de los pobres y una innegable entrega a buscar caminos de paz, murió el pasado domingo en Pereira monseñor José Luis Serna Alzate.
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Monseñor José Luis Serna Alzate fue uno de los sacerdotes que más trabajaron por la paz. / Conferencia Episcopal
Nació en Aranzazu (Caldas), luchó en Caquetá y murió siendo obispo de Honda (Tolima).
“Fue un hombre que hizo un esfuerzo muy grande por dar a conocer la tarea de la Iglesia por la paz de Colombia. Hizo tareas de mediación, muchas veces ayudó a hacer contactos para emprender acciones humanitarias. Era un sacerdote con una mirada social muy grande”, recordó monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal.
Monseñor Serna Alzate estudió filosofía en el seminario de los Padres de la Consolata en Turín (Italia) y Teología en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma. Se ordenó sacerdote en 1961 en Roma y fue el primer colombiano en recibir una misión de la Orden de los Padres Consolatas. En 1978 fue designado obispo de la Diócesis de Florencia, Caquetá, donde emprendió una titánica labor en defensa de las comunidades más pobres. Su paso por dicho departamento dejó indeleble huella en la mente de los feligreses y se dio a conocer como un hombre en busca de una salida negociada al conflicto armado.
“Lo conocí cuando estaba en el Caquetá. En ese tiempo tenía una actividad muy intensa y había iniciado unas obras muy fuertes en favor de recuperación de zonas muy pobres de este departamento. Su compromiso con los pobres fue su sello distintivo. Era un hombre con una gran sensibilidad con los desfavorecidos y especialmente tuvo un compromiso muy grande con los campesinos. Fue un hombre con una gran visión de la perspectiva pastoral, desde una perspectiva evangelizador al servicio de los más débiles”, señaló monseñor Henao.
De igual manera lo recordó el arzobispo de Ibagué, monseñor Flavio Calle Zapata, para quien Serna Alzate “era un apóstol de la paz y un promotor de causas sociales”. Calle Zapata recordó que Serna tuvo una importante intermediación por los cultivadores de café e hizo parte de la comisión de paz del Tolima durante el mandato del entonces gobernador Guillermo Alfonso Jaramillo.
Por su trabajo humanitario, el presidente Belisario Betancur lo nombró asesor del alto comisionado de Paz, donde cumplió una importante labor en los acercamientos con el M-19 y las Farc. En 1989 el papa Juan Pablo II lo nombró como obispo de Líbano (Tolima) hasta julio de 2002, cuando le fue aceptada su renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis. Y fue por estos tiempos que monseñor José Luis Serna Alzate sufrió un momento difícil, pues se le acusó de colaborar con las Farc. El proceso lo llevó a los estrados, donde se defendió y finalmente el proceso le fue archivado. Con esta historia dedicada a buscar la senda de la paz, en medio de los diálogos de La Habana, murió monseñor José Luis Serna Alzate.
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Tomado de:
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/monsenor-jose-luis-serna-un-hombre-de-paz-articulo-519706