SAN BARTOLOME DE HONDA
CORPORACION PARA EL DESARROLLO DE HONDA
CORPORHONDA
Autor: HERNAN RODRIGUEZ CASTRO
D. A. R. Se reservan los derechos de autor.
RESEÑA DE SAN BARTOLOME DE HONDA
Antecedentes
El poblado indígena que había junto a los ríos Magdalena y Gualí, cuyos habitantes fueron
encomendados a varones notables de la Conquista, fue el origen de la ciudad de Honda.
El valle del río Magdalena desde la época prehispánica, fue lugar privilegiado de unión entr e
el altiplano Muisca y el mar; de modo que, así mismo, el río Magdalena se convirtió en la
vía esencial del Nuevo Reino de Granada, y también en ruta secundaria hacia Quito y Perú.
En este orden de ideas, desde el inicio de la explotación minera en Falan, cerca de
Mariquita, el lugar de atracadero, que quedaba cerca al poblado ya mencionado de los
indígenas Ondas, se convirtió en desembarcadero y ya en 1601 se volvió definitivamente
puerto.
el altiplano Muisca y el mar; de modo que, así mismo, el río Magdalena se convirtió en la
vía esencial del Nuevo Reino de Granada, y también en ruta secundaria hacia Quito y Perú.
En este orden de ideas, desde el inicio de la explotación minera en Falan, cerca de
Mariquita, el lugar de atracadero, que quedaba cerca al poblado ya mencionado de los
indígenas Ondas, se convirtió en desembarcadero y ya en 1601 se volvió definitivamente
puerto.
Honda desarrolló con Mompox; puerto interno de Cartagena; una rel ación temprana y
debido a los privilegios derivados de su posición, se convirtió inicialmente en uno de los
dos principales puertos de redistribución en el Nuevo Reino de Granada y de tráfico hacia
el exterior. Respecto al volumen de mercancías, se ha podi do establecer que en las bodegas
de Mompox se tenían hasta 2.000 botijas de vino para transportar a Honda. También
llegaban otros productos como el jamón y la cera de España.
Desde sus inicios, fue asiento de españoles importantes; que se dedicaban al com ercio unos
y otros a la encomienda de la boga; albergó también, por supuesto mestizos, indígenas
muchos de ellos forasteros, negros, mulatos, zambos y pardos, lo cual indica una actividad
significativa por la presencia de un conglomerado humano tan variado . Por su carácter de
puerto comercial importante, ya en aquella época fue escenario del contrabando. Por el año
de 1640, se supo, por una lista accidental, que entre encomenderos, comerciantes y
residentes de la ciudad con fortuna, había 37 españoles, quie nes hicieron contribuciones a
unas milicias que se habían creado para reprimir el tráfico ilegal de mercancías y mano de
obra.
Las órdenes religiosas de Jesuitas y Franciscanos se establecieron entre 1620 y 1641; en
este último año en la margen derecha de l río Gualí se construían las casas de teja con su
tienda, mientras que en la margen izquierda se encontraba la población indígena, y se
contaba ya con juez de puertos y de canoas.
Algunos españoles de los más poderosos y con intereses comerciales en el p uerto, tomaron
la iniciativa de solicitar su erección en Villa independiente, administrativa y jurídicamente,
de la ciudad de Mariquita. Dicha solicitud fue acompañada del ofrecimiento de 5000 pesos
que fueron depositados en las cajas reales, y recibió apr obación de Felipe IV por real cédula
del 4 de Marzo de 1643.
Al ejecutarse la real cédula, se designó la iglesia, la plaza, casa del Cabildo, la cárcel, se
establecieron los límites de la nueva Villa, los ejidos, y se formó el Cabildo por elección.
La construcción de la ciudad continúo a pesar de que muy temprano contó con bodegas y
posteriormente tiendas y hospedajes; el número de inmuebles nuevos para diferentes fines
se fue incrementando. Por ser su actividad económica esencialmente comercial, fue esp acio
de distribución de bienes y servicios, mas no de producción; por tanto, su población tiene
un perfil de comerciantes, tratantes y en general de estar de una u otra manera relacionada
con el comercio y todo lo que genera en su desarrollo dicha activida d.
Por el número de la población y la actividad creciente del puerto, las comunidades
religiosas se acrecentaron con la llegada de los Agustinos y los Dominicos. La Villa, por
estar situada sobre la principal arteria vial de la Nueva Granada (el río Magda lena), y ser su
posición geográfica un cruce de caminos, estableció diferentes redes comerciales: al Norte
con Mompox, Cartagena, España, Europa; hacia el sur con Neiva, Quito y Perú, por medio
del río. Por tierra con Santa Fe y Tunja, hacia el Sur y Sur O ccidente Cali, Popayán,
Manizales, y hacia el Noroeste la Provincia de Antioquia.
A través del siglo XVII e inicios del siglo XVIII, en la ciudad se creó un amplio círculo de
abastos, de agentes compradores, de vendedores, de espacios de depósito y distri bución. De
España llegaban además de la cera, el vino, el jamón, los aceites, las aceitunas, bizcochos,
brocados, terciopelos, mantas, calzado, espejos etc. Del nuevo Reino y Quito, el oro, la
plata, cacao, añil, trigo, tejidos de algodón, bocadillos, ques os etc. Con el incremento del
comercio aparejado al desarrollo de la colonización, el número de unidades de productos
naturales y manufacturados en las transacciones aumentaba; se sabe de un comerciante que
en un solo envío de Mompox a Honda, embarcó 150 q uintales de hierro; otro, hizo
transportar 100 quintales de hierro y 400 botijas de vino.
Por su posición geográfica, era además punto obligado de llegada de funcionarios: virreyes,
tesoreros, visitadores, soldados, oficiales; religiosos importantes como obispos, de
comerciantes, y, desde luego, de gente sin oficio en busca de mejor vida.
Durante el siglo XVIII, al aumentar la actividad comercial, aumentó la población y por
consiguiente el gremio de los comerciantes, que se constituye en una clase adiner ada y
poderosa, lo cual se reflejó en la arquitectura de la ciudad; casa de dos pisos con almacén o
tienda, edificaciones relacionadas directamente con su actividad como las bodegas. Por su
vida típicamente comercial, también surgieron inmuebles o negocios para prestar servicios
de hospedaje como las posadas, lugares de reposo o albergue a los arrieros, bogas, viajeros,
comerciantes itinerantes; y en medio de estas transformaciones aparecieron también, como
era de esperarse, las casas de citas. El crecimien to de la ciudad, en cuanto a la construcción,
se corrobora con la presencia en ella de alarifes, carpinteros, herreros, albañiles etc. Desde
el siglo XVII se tenía un inmueble destinado para prestar precariamente servicio de
hospital, pero fue a mediados d el siglo XVIII cuando se destinaron los recursos y se
estableció formalmente el hospital, que fue administrado por los religiosos de la orden de
San Juan de Dios. También a mediados del Siglo XVIII, se remodeló la cárcel. Y se
contaba con dos puentes sobre el río Gualí y la Real Fábrica de Aguardiente.
Con el establecimiento del estanco del Tabaco, del Aguardiente y su administración en
Honda, así como con la posterior creación de la fábrica de aguardiente, como ya se ha
dicho, surgieron los cultivos de ca ña, venta de cacao y la reactivación de la minería, lo cual
hizo que la ciudad tuviera un gran crecimiento económico, consolidándose como centro de
redistribución hacia los cuatro puntos cardinales.
Desde el siglo XVI hasta fines del siglo XVIII, entre l os españoles sobresalientes que se
vincularon a la Villa de San Bartolomé de Honda y acumularon riqueza y poder, se sabe de
los siguientes: Juan López, Melchor de Sotomayor, Venero de Leyva, Alonso de Madrigal,
Hernando de Caicedo, Fernando de Berrío, Anto nio de Molina, Antonio Sotelo Salgado,
Bernardo Pretel, Martín de Mendoza y Berrío, Francisco Jiménez de Bohorquez, Antonio
de Mosquera, Antonio Diaz, Pedro Nuñez de Vargas, Juan Fernández, Martín de la Peña,
Gaspar de Mena Loyola, Miguel de Mena Loyola, D iego Antonio Viana, Juan Blas de
Aranzazu, Alvarez del Pino, Cacho de Velasco, Cristóbal de Pantoja, Carlos Gaviria, Diago
y Zizero.
Al declinar el siglo XVIII, la ciudad fue perdiendo su preeminencia comercial, por la
apertura de nuevos caminos. Con el terremoto de 1805, la Villa de Honda llegó a un estado
de postración inimaginable. Un anónimo dice acerca de la ciudad: "En el sitio que existe
hoy el lindo pero pequeño pueblo de Honda, hubo en otro tiempo una hermosa y grande
ciudad…por donde subían las mercancías que venían de la costa, sus habitantes eran en su
mayoría prósperos y ricos mercaderes, pero la hermosa ciudad fue destruida…"
Todos los viajeros que por aquella época inmediata al terremoto, pasaron por la ciudad y
manifestaron sus apreciaciones por escrito, coincidieron en afirmar que fue una ciudad muy
importante, con una arquitectura magnífica, pero era deprimente verla en el estado de ruina
en que quedó después del terremoto.
Lenta fue la recuperación de la ciudad, que estuvo liderada por la clase adinerada. Los
factores que jalonaron la reactivación económica fueron varios: la navegación a vapor por
el río Magdalena, el cultivo del tabaco y su exportación, las exportaciones de café, la
reactivación minera, las nuevas políticas de libre cambio, junto con su posición geográfica
como centro de redistribución.
En este siglo identificado como XIX, se observa de nuevo el surgimiento de una
infraestructura urbanística: la construcción nueva de dos puentes sobre el río Gualí por dos
destacados comerciantes y uno metálico sobre el río Magdalena; el primero en todo el
trayecto de esta arteria fluvial tan importante, construido por Bernardo Navarro,
habiéndosele concedido el derecho de cobrar el pontazgo; la empedrada de algunas calles,
la construcción de la casa Municipal, la reconstrucción del Hospital. Se repararon las
iglesias, y las bodegas; se construyó por concesión el ferrocarril que unió los puertos de
Arrancaplumas y Caracolí, ambos en la misma ciudad, el uno al inicio del Bajo Magdalena,
el otro al final del Alto Magdalena. Más tarde la línea férrea se extendió hasta la Dorada.
El crecimiento económico fue notable y, en consecuencia, se establecieron nuevos
comerciantes e inversionistas en Honda. Se abrieron, incluso, consulados de países
extranjeros; y aparecieron las primeras sociedades comerciales, destinadas principalmente
al comercio exterior. A medida que avanzaba el siglo XIX, la actividad ascendía al punto
de que casas comerciales importantes de diferentes sitios del país, abrieron sucursales en
Honda, sobretodo en las últimas décadas. También aparecieron los primeros bancos, como
el Banco Honda creado en 1882, y el banco Americano. Se fundaron varias fábricas: una de
chocolates, otra de hielo, varias de gaseosa, una de cerveza y al gunas de jabones.
A lo largo del siglo XIX, se producen cambios profundos en el Nuevo Reino de Granada:
en el comercio, en la población, especialmente en la composición de las capas sociales, y
por consiguiente a Honda llegó una nueva clase de comerciant es, comisionistas,
administradores, proveedores, vendedores etc. , que se suman a algunas familias poderosas
asentadas desde la colonia. Entre los más destacados por el gran desarrollo que adquirió de
nuevo la Urbe y que, lograron hacer fortuna, se encuent ran: Alejandro Agudelo, Pedro A
López, Bernardo Navarro, Cristóbal Camacho, Francisco Armero, José N. Franqui,
Francisco Quintero, Carlos Bonitto, José María Mesa, los Samper, Torres, Merino,
Montoya, Saénz, Paz, Mier, De Germán Ribon, Pereira Gamba, Cabal , González
Hermanos, Arango, los Hermanos del Valle. También llegaron extranjeros: Santiago
Hennessey, Roberto Juan Treffy, Thomas Henry, Jaime Henry, Charles Clemens, William
Zacharias, Thomas Clark, Enrique Hausser, Sacab G. Van Nyhe, Marcusba Manns Bach ,
William A Dietelzneib, Simons y Cia, H Birchal, Charles Martin, Hallan Cooke, Jones,
Green. También se vincularon inmigrantes sirio libaneses: Fayad, S. Malat, S. Nassar,
Nader, Naffan, N. Mebadak, N. Slemen, B. Alcidiak, J Cisdak.
Al finalizar el siglo XIX e iniciar el siglo XX, Honda continuó su expansión económica y
social. De 1890 a 1928 se incrementó el transporte fluvial, hasta llegar a una circulación de
más de 100 vapores así: 30 en 1890, 38 en 1913, 133 en 1928. Los extranjeros siguieron
llegando; ingleses, alemanes e italianos; se continuaron creando sociedades. En 1919 se
creó el Mercantile National Bank; además, se abrió una sucursal del Banco Dugand, y otra
del Banco Alemán Antioqueño. Se fundaron varias trilladoras y compañías de seguros; s e
constituyó la cervecería Honda y una fábrica de vermífugos.
También se invirtió en una infraestructura importante: en 1917 Pedro A López puso en
funcionamiento una hidroeléctrica junto con la red de distribución correspondiente; al año
siguiente se construyó la carretera hacia Mariquita, el Hotel América para viajeros con
poder adquisitivo alto, y la plaza de mercado, hoy monumento nacional. Con la
construcción de los ferrocarriles entre los puertos de Caracolí y Arrancaplumas, que luego
se extendieron a Dorada y Ambalema, se hicieron los puentes: el Negro y el Pearson sobre
el río Gualí, el de Quebrada Seca, sobre la quebrada del mismo nombre. Se fueron
conformando los barrios Pueblo Nuevo y Arrancaplumas como resultado de la vía férrea
que finalizaba en el puerto de Arrancaplumas.
El nuevo país, con las divisas generadas por el café y otros productos de exportación, fue
invirtiendo en vías e interconectándose por medio de las carreteras como la de Bogotá a
Cali, y fue extendiendo la red férrea hasta Picaleña, Neiva, y a Girardot por medio del
puente construido en 1.929, entre Flandes y el dicho municipio de Cundinamarca.
Surgieron otros puertos, marítimos como el de Buenaventura, fluviales como Nare y P uerto
Berrío. En consecuencia, los vapores del rí o Magdalena no volvieron más a los puertos de
Honda: Caracolí y Arrancaplumas. En 1940, la economía comenzó a estancarse. El radio de
acción como centro de distribución se comenzó a reducir circunscribiéndose a la región del
Norte del Tolima, Nororiente de Caldas, y a la región del valle del río comprendida por los
departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia, conocida hoy como Magdalena
Medio.
Honda Hoy
A partir de la década del sesenta, con la revolución verde, se fortalecieron municipios con
vocación agraria que se disputaron la hegemonía en el Departamento; en la región del Norte
el municipio de Armero se convirtió y consolidó como el segundo municipio del
departamento y el primero en el Norte del Tolima, y valle del Magdalena comprendido p or
el Occidente de Cundinamarca y Nororiente de Caldas. Con la erupción del volcán Arenas
en 1985 y la desaparición de un circuito económico, el Norte del Tolima sufrió un gran
impacto negativo, al punto que afectó el valor de la propiedad raíz depreciándo la, y dio
como resultado una emigración de la población especialmente de Honda.
Las políticas neoliberales produjeron un choque contraproducente en la economía ya
maltrecha de Honda. El crecimiento de la población se tornó negativo y al inicio de la
década del 90 se aceleró el cierre de los bancos, entre ellos la sucursal del emisor. En total
cerraron sus puertas 7 entidades financieras; una trilladora y varios negocios. La población
piscícola del río Magdalena una de sus fuentes principales de recursos, se redujo en un 80%
y la fábrica más grande de mayor producción, la cervecería Bavaria, se cerró. Los hoteles
América y Las Palmas se encuentran cerrados, el Ondama lo operan en malas condiciones
los empleados.
En su arquitectura quedó escrito su pasado g lorioso desde la época de la Colonia, con
algunos aspectos interesantes como la casa localizada en la parte baja de la cuesta de los
Herreros, sobre la Calle del Retiro en la esquina de la Calle de las Trampas, donde aún se
conserva con toda originalidad l a cocina construida por orden de la elite Española que
habitó la naciente ciudad.
Localización:
Honda hoy es un cruce estratégico de caminos en el centro del país, al extremo Nororiental
del Departamento del Tolima, en un área donde confluyen los Depar tamentos del Tolima,
Caldas y Cundinamarca.
En relación con la capital de la República se encuentra a 139 kmts, de Manizales dista 143
kmts, de Ibagué 139 kmts, de Medellín 270 kmts. Se encuentra además rodeada de varios
municipios de los diferentes depa rtamentos circunvecinos.
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