Últimamente voy de “descubrimiento en descubrimiento”, quizás porque ya veo en el horizonte mi partida y eso me hace ser selectivo a la hora de escoger los lugares a los que quiero ir.El fin de semana estuve en Honda, un pueblo que durante mucho tiempo fue “puerto” de Bogotá. Un puerto un tanto extraño ya que la capital queda a 2.600 metros de altitud sobre el nivel del mar - o como dicen los bogotanos “a 2.600 metros más cerca de las estrellas”-, a 1.000 kms de la costa y a 120 kms de Honda. Pero no importa: el gran río Magdalena es el que vertebra Colombia de sur a norte y el que durante mucho tiempo abastecía a las poblaciones del interior de barcos que proveían de Cartagena o Barranquilla. Y en la ribera del Magdalena queda Honda.
"Fiesta de la Subienda en Honda"
A Honda la llaman “la ciudad de los puentes... dizque tiene más de 40”. Yo no lo comprobé, pero si vi que tenía muchos, uno de ellos extraordinario. En la actualidad es una ciudad de paso para los colombianos ya que comunica Bogotá con el Eje Cafetero y con la troncal del Caribe cuando vas hacía la costa, y sinceramente, si la juzgamos por ese trocito de ciudad que recorremos al pasar, no es muy atractiva que digamos.
"Esperando el toro"
Pero a Honda le pasa como a muchas personas, que si te quedas en la epidermis te decepcionan, y si llegas al corazón te sorprenden gratamente: una vez pasado el primer puente, los cientos de puestos callejeros de pescado y fritanga que surcan las dos orillas, las miles de personas que venden, compran ó deambulan con vallenato ensordecedor como música de fondo... una vez pasado todo ese jaleo y si te adentras, te encuentras con un espectáculo de silencio, calles de piedra, muros altos encalados que encierran jardines y dejan escapar alguna buganvilla, y casas coloniales, muchas de ellas en ruinas, que hablan de su esplendoroso pasado.Una vez alguien me preguntó porqué me gustaba tanto Colombia. Muchas veces creo que es por la sensación de autenticidad, de ser el primero en llegar, en descubrir maravillas a cada rato que sabes que durante mucho tiempo permanecerán ocultas para los extranjeros. Si este pueblo estuviese en Italia, España o Francia, en cada esquina habría una enoteca, paninoteca, tienda de aceites, productos delicatessen, Hotel con encanto, Hotel Boutique, etc, etc, con una repulsiva sensación de haber entrado en un "parque temático". Aquí llegas, y palpas que todavía hay gente autóctona, pueblos rebosante de vida, con tiendas de chunchullo, mollejas, morcilla y arepas, aguardiente y mucho ron.
"La reina de las fiestas, posa para gazpacho con arepa"
El fin de semana además, coincidimos con las fiestas de Honda, la subienda. Un espectáculo que se celebra en febrero y que desde tiempos lejanos festeja la época cuando los peces remontaban el río para desovar y eran pescados en las orillas de Honda. Menos del encierro, participamos en todo
BIBLIOGRAFIA
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gazpacho con arepa
Este híbrido imposible representa lo que actualmente soy: un andaluz en Colombia al que le gusta el gazpacho. Y la arepa.Con este blog - que nace sin pretensiones ni propósito alguno -, quiero haceros partícipe de las cosas que me gusta contar: viajes, ciudades, gente, música, fotos, amigos, actualidad, recuerdos... El vivir entre estas 2 realidades te da nuevos puntos de vista, y sobre todo, mucho material para escribir sobre ello.
Este híbrido imposible representa lo que actualmente soy: un andaluz en Colombia al que le gusta el gazpacho. Y la arepa.Con este blog - que nace sin pretensiones ni propósito alguno -, quiero haceros partícipe de las cosas que me gusta contar: viajes, ciudades, gente, música, fotos, amigos, actualidad, recuerdos... El vivir entre estas 2 realidades te da nuevos puntos de vista, y sobre todo, mucho material para escribir sobre ello.
Publicado por gazpacho con arepa en viernes, febrero 22, 2008
Etiquetas: CIUDADES, CUADERNO DE BITÁCORA
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