Este es un plato delicioso y maravilloso, se disfruta plenamente: ver y sentir a Honda, la que es auténtica, la de verdad; con su gente rica en simpatía, trato y hospitalidad; con sus ríos emblemáticos; con sus pescadores de peces reales y no de ilusiones; con su cocina y comida (¡Mmm!); con las voces de vendedores y compradores; con el exquisito sabor de su historia sintetizada en esos momentos. Muchas gracias, Tiberio.
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Este es un plato delicioso y maravilloso, se disfruta plenamente: ver y sentir a Honda, la que es auténtica, la de verdad; con su gente rica en simpatía, trato y hospitalidad; con sus ríos emblemáticos; con sus pescadores de peces reales y no de ilusiones; con su cocina y comida (¡Mmm!); con las voces de vendedores y compradores; con el exquisito sabor de su historia sintetizada en esos momentos. Muchas gracias, Tiberio.
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