EN EL NOMBRE DEL PADRE...
La Unión Astronómica Internacional "bautiza" los cráteres de los planetas y Colombia tiene un puesto en la luna
Lunes 10 Octubre 1983
En la Luna, rodeado por los ilustres nombres de Aristarco, Tycho Brahe, Copérnico, Newton, Einstein, y cientos de célebres astrónomos y científicos, se encuentra el cráter Cochise. Aunque se trate de un homenaje al héroe pielroja que tanto impresionó en una película a Martin Emilio Rodriguez, resulta curioso que en la Luna aparezca el nombre del más grande ciclista colombiano de la historia.
La Unión Astronómica Internacional UAI, al completarse el mapa de la cara oculta de la Luna gracias a las fotografías enviadas por los satélites artificiales decidió destinar-los accidentes de la Luna para perpetuar los nombres de los mayores científicos de la humanidad. En 1970, el congreso de la UAI se reunió en Brighton, Inglaterra, para denominar los cráteres y las montañas de la cara oculta de la Luna.
Cada país miembro de la UAI debia elaborar una corta lista de sus más importantes astrónomos. Colombia logró inscribir el nombre de Julio Garavito Armero, un gran astrónomo colombiano de finales del siglo pasado y comienzos de este. El sabio Caldas, en cambio, fue descabezado de la licitación lunar, porque el informe dado por la delegación colombiana terminaba diciendo que Caldas fue fusilado por luchar contra los españoles en la guerra de independencia. Y aunque la UAI nunca ha querido saber nada de militares ni de politicos, Colombia de todos modos tiene dos cráteres en la Luna aunque sea un ciclista quien haya reemplazado, al más grande cientifico que ha tenido nuestra historia.
Pero no solamente en la Luna hay nombres colombianos. Más recientemente la UAI designó los diferentes criterios que deben denominar los accidentes geográficos de los otros cuerpos del sistema Solar. Mercurio, un planeta plagado de cráteres como la Luna, fue destinado a los músicos, los pintores, los literatos y los poetas. Alli se encuentra entre otros Beethoven, un enorme cráter que alberga en su interior al pequeño Andrés Bello, en homenaje al hombre de letras venezolano que instruyó a Simón Bolivar.
Venus, por tener una atmósfera impenetrable por la luz, ha sido consagrado a la mujer y a los fisicos que han hecho posible el desarrollo del electromagnetismo, y por ende el del radar, el único instrumento capaz de dibujar la geografia de Venus. Allí hay nombres como "Tierra Afrodita" o "montañas de Maxwell" .
En Marte, además de algunos nombres latinos que se refieren a los más notables accidentes del planeta rojo, la UAI decidió trasladar a los pequeños cráteres marcianos los nombres de algunas pequeñas ciudades de la Tierra. El azar decidió que tres "morideros" de nuestra geografía tengan su homólogo en la polvorienta superficie marciana. Ellos son Honda (Tolima), Lorica (Córdoba) y Sucre (Santander). Este último nombre además logró filtrarse a pesar del odio de la UAI por los militares. Los satélites marcianos Fobos y Deimos fueron consagrados a quienes los han estudiado y a referencias literarias acerca de ellos.
Los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son gigantes esferas gaseosas, por lo que son sus heladas lunas las encargadas de rendirle homenajes geográficos al genio del Hombre. De los satélites jovianos, lo fue destinado para recordar las deidades del filego, los volcanes y las filerzas de la naturaleza. Bocnica el gran héroe de la mitología cundiboyacense, ha asegurado su nombre en el inhóspito y volcánico satélite. Europa, Ganímedes y Calisto fueron consagrados a sus respectivos mitos y los dos últimos, además, también fueron consagrados a la mitología nórdica y a las mitologías de Egipto, Babilonia y Asiria. El mayor crater de Calisto es el Walhala, el cielo nórdico que tanto aprecian los fanáticos del compositor Ricardo Wagner.
Los satélites de Saturno, por su parte, rememoran la Eneida, las mil y una noches, la Canción de Rolando, la Odisea, los mitos asiáticos de la creación, el mito de Castor Pólux, que nada tienen que ver con Colombia.
Solamente en Hiperión, el Satélite dedicado a las deidades del Sol y la Luna aparece el nombre de la diosa Chia. La única oportunidad que tiene Colombia de lograr otro cráter está en Titán, un satélite que no ha sido explorado a causa de su fuerte atmósfera y que todavía tiene asignado ningún tema. Dentro de algunos años se conocerán más detalles de Urano, Neptuno y sus satélites. De pronto aparece allá a varias horas-luz de distancia otro hombre mientras el hombre lograr acercar alguna sonda a Plutón un planeta rocoso como los interiores del Sistema Solar, y a su misterioso satélite Carión .
A pesar del marcado etnocentrismo de quienes deciden los nombres que deben llevar los accidentes geográficos de los distintos cuerpos celestes del Sistema Solar, Colombia ha logrado inscribir algunos nombres de su historia, su geografía, su ciencia y, de carambola, de su ciclismo. Y aunque estos homenajes no salgan jamas de los recintos de los congresos astronómicos o de las listas de topónimos de los atlas planetarios, al fin y al cabo están poniendo muy en alto el nombre de nuestra patria, en los lejanos confines del Sistema Solar. -
Cada país miembro de la UAI debia elaborar una corta lista de sus más importantes astrónomos. Colombia logró inscribir el nombre de Julio Garavito Armero, un gran astrónomo colombiano de finales del siglo pasado y comienzos de este. El sabio Caldas, en cambio, fue descabezado de la licitación lunar, porque el informe dado por la delegación colombiana terminaba diciendo que Caldas fue fusilado por luchar contra los españoles en la guerra de independencia. Y aunque la UAI nunca ha querido saber nada de militares ni de politicos, Colombia de todos modos tiene dos cráteres en la Luna aunque sea un ciclista quien haya reemplazado, al más grande cientifico que ha tenido nuestra historia.
Pero no solamente en la Luna hay nombres colombianos. Más recientemente la UAI designó los diferentes criterios que deben denominar los accidentes geográficos de los otros cuerpos del sistema Solar. Mercurio, un planeta plagado de cráteres como la Luna, fue destinado a los músicos, los pintores, los literatos y los poetas. Alli se encuentra entre otros Beethoven, un enorme cráter que alberga en su interior al pequeño Andrés Bello, en homenaje al hombre de letras venezolano que instruyó a Simón Bolivar.
Venus, por tener una atmósfera impenetrable por la luz, ha sido consagrado a la mujer y a los fisicos que han hecho posible el desarrollo del electromagnetismo, y por ende el del radar, el único instrumento capaz de dibujar la geografia de Venus. Allí hay nombres como "Tierra Afrodita" o "montañas de Maxwell" .
En Marte, además de algunos nombres latinos que se refieren a los más notables accidentes del planeta rojo, la UAI decidió trasladar a los pequeños cráteres marcianos los nombres de algunas pequeñas ciudades de la Tierra. El azar decidió que tres "morideros" de nuestra geografía tengan su homólogo en la polvorienta superficie marciana. Ellos son Honda (Tolima), Lorica (Córdoba) y Sucre (Santander). Este último nombre además logró filtrarse a pesar del odio de la UAI por los militares. Los satélites marcianos Fobos y Deimos fueron consagrados a quienes los han estudiado y a referencias literarias acerca de ellos.
Los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son gigantes esferas gaseosas, por lo que son sus heladas lunas las encargadas de rendirle homenajes geográficos al genio del Hombre. De los satélites jovianos, lo fue destinado para recordar las deidades del filego, los volcanes y las filerzas de la naturaleza. Bocnica el gran héroe de la mitología cundiboyacense, ha asegurado su nombre en el inhóspito y volcánico satélite. Europa, Ganímedes y Calisto fueron consagrados a sus respectivos mitos y los dos últimos, además, también fueron consagrados a la mitología nórdica y a las mitologías de Egipto, Babilonia y Asiria. El mayor crater de Calisto es el Walhala, el cielo nórdico que tanto aprecian los fanáticos del compositor Ricardo Wagner.
Los satélites de Saturno, por su parte, rememoran la Eneida, las mil y una noches, la Canción de Rolando, la Odisea, los mitos asiáticos de la creación, el mito de Castor Pólux, que nada tienen que ver con Colombia.
Solamente en Hiperión, el Satélite dedicado a las deidades del Sol y la Luna aparece el nombre de la diosa Chia. La única oportunidad que tiene Colombia de lograr otro cráter está en Titán, un satélite que no ha sido explorado a causa de su fuerte atmósfera y que todavía tiene asignado ningún tema. Dentro de algunos años se conocerán más detalles de Urano, Neptuno y sus satélites. De pronto aparece allá a varias horas-luz de distancia otro hombre mientras el hombre lograr acercar alguna sonda a Plutón un planeta rocoso como los interiores del Sistema Solar, y a su misterioso satélite Carión .
A pesar del marcado etnocentrismo de quienes deciden los nombres que deben llevar los accidentes geográficos de los distintos cuerpos celestes del Sistema Solar, Colombia ha logrado inscribir algunos nombres de su historia, su geografía, su ciencia y, de carambola, de su ciclismo. Y aunque estos homenajes no salgan jamas de los recintos de los congresos astronómicos o de las listas de topónimos de los atlas planetarios, al fin y al cabo están poniendo muy en alto el nombre de nuestra patria, en los lejanos confines del Sistema Solar. -
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