Bogotá, 24 may (SIG). "El pasado 27 de abril firmé con alegría uno de los decretos que me ha resultado más entrañable: el Decreto 872 'por el cual se crea la Comisión de Honor para la Celebración del Centenario del Ilustre Colombiano Alfonso Palacio Rudas'.
Me sentí emocionado al firmar ese decreto, pues la creación de esta comisión era el inicio de un homenaje más que merecido a un hombre grande, que se destacó por su servicio al país y a quien recuerdo, además, como profesor, como amigo, como mi mentor.
Alfonso Palacio Rudas —al que todos conocemos con su seudónimo del 'Cofrade' por su inolvidable columna periodística que escribió durante tantos años en El Espectador —, es uno de esos colombianos que merece, sin duda, estar en la memoria de sus compatriotas, por todo lo que aportó a Colombia, por todo lo que hoy tenemos, por su lucidez, casi clarividencia, de la que tuvimos muchos de nosotros la gran suerte de abrevar.
Orgulloso tolimense, hijo de Honda, la Ciudad de los Puentes, Palacio Rudas —abogado de la Universidad Nacional y un economista, un hacendista de muy alto vuelo— protagonizó una larga y fructífera carrera pública que lo llevó a ser diputado, Secretario de Hacienda, congresista por varios periodos, Contralor General de la República, Gobernador del Tolima, Alcalde de Bogotá y Ministro de Hacienda.
Semejante periplo público lo cerró con broche de oro como integrante de la Asamblea Nacional Constituyente que delineó en 1991 la nueva forma jurídica y social de nuestra nación.
Este Colegio Mayor lo recuerda —como lo ha expresado el señor Rector (Hans Peter Knudsen)— como uno de sus más ilustres catedráticos de Hacienda Pública, una materia que dominaba como pocos, como lo acaba de mencionar el ex presidente Samper.
El paraíso de la biblioteca
El país fue también objeto de su generosidad intelectual cuando donó ese paraíso, como decía él de Borges. 'Mi paraíso es mi biblioteca'. Pues ese paraíso lo donó a la Biblioteca Luis Ángel Arango. Una biblioteca de 65 mil volúmenes que fue leyendo y recogiendo a lo largo de su vida, y que hoy está a disposición de las nuevas generaciones.
Era impresionante, él tenía como dos pisos de libros y sabía dónde estaba cada libro. Cuando iba uno a tertuliar a su casa se recordaba de alguna anécdota, de algún ilustre escritor e iba a agarrar el libro, lo buscaba y decía esto era lo que quería decir'.
Y me acuerdo muy bien las palabras del ex presidente Betancur el día de la donación de esa gran biblioteca al Banco de la República —allá estaba Pacho Ortega (Gerente)— y el ex presidente Betancur improvisó un discurso, unas palabras sobre la importancia del libro y cómo tener libros era de lo más importante en la vida. Y yo quise siempre que el ex presidente Betancur escribiera esas palabras, porque fueron de las palabras más lindas sobre la relación del hombre con el libro.
No lo ha hecho hasta el momento y sigo insistiendo para que lo haga, ojalá pronto,
Alma de la política cafetera
El 'Cofrade' fue, además, alma de la política cafetera —como también lo mencionó el ex presidente Samper—, esa política que hizo de Colombia un productor muy importante en el panorama cafetero mundial.
Siempre abogaba por más producción en su departamento del Tolima y siempre defendió el café ante los escenarios internacionales y aquí internamente como miembro del Comité Nacional de Cafeteros, porque sabía —como decía algún ex presidente de la General Motors— que lo que era bueno para el café era bueno para Colombia.
Yo aprendí mucho del doctor Palacio Rudas en ese y muchos sentidos. En la década de los setentas, cuando yo era el jefe de la Delegación Colombiana ante la Organización Internacional del Café, tuve esa inmensa oportunidad de pasar larguísimas horas con el 'Cofrade' y sobre todo que llevaba era a comprar libros.
'Venga me acompaña a las grandes librerías'. Y pasábamos tardes enteras y él contando anécdotas, contando historias.
Buena parte de lo que sé de la política y la economía —sobre todo de la economía cafetera—, lo que sé de teoría monetaria, lo aprendí en esas largas horas que tuve con Palacio Rudas. Y aprendí muchísimo en Londres con el 'Cofrade' durante interminables discusiones, tertulias, que tenía con el resto de la delegación que iba a Londres: Juan José Turbay, Hernán Jaramillo Ocampo, Leonidas Londoño, Carlos Ospina Delgado y por supuesto mi jefe en ese momento, que era el doctor Arturo Gómez Jaramillo.
Todos eran miembros de la delegación. Se la pasaban el 20 por ciento del tiempo hablando sobre la posición de Colombia ante la OIC y el 80 por ciento sobre política colombiana.
Yo escuchaba y escuchaba y aprendía y aprendía.
Periodismo y política
Hoy debo confesar que fue el doctor Palacio Rudas quien me convenció de que mi carrera no era el periodismo sino la política.
Él me dijo —y lo repetía muchas veces, además se lo pregunté cuando me pregunté a ese dilema, el día que me ofrecieron el Ministerio de Comercio Exterior, porque en mi familia había una regala de oro: el que se va no vuelve¬, no vuelve a El Tiempo— y él me decía que había un gran abismo entre tener influencia como periodista.
Y decía: 'como Director de El Tiempo usted va a tener mucha influencias, pero algo diferente es tener poder como gobernante' . Y que si uno quería realmente hacer cosas que quedaran para la historia era necesario incursionar más en la política que en el periodismo, porque esos cambios se hacen más con poder que con influencia.
Palacio Rudas estaría contento con el Gobierno
Hoy —en buena parte por esa frase que cambió mi vida— soy Presidente de la República y sólo espero honrar la memoria del 'Cofrade' utilizando el poder para procurar bienestar y prosperidad de mis compatriotas.
Yo tuve una clase en la universidad que se llamaba Los usos de la historia. En esa clase el profesor nos ponía a pensar y analizar qué diría cierto personaje sobre ciertos hechos. Cómo reaccionaria Disraeli frente a esta situación. Nos obligaba, pues, a conocer los personajes y a conocer la historia. Y ese es un ejercicio que yo hago con mucha frecuencia. Con mi padre, qué pensaría mi padre de esto de aquello. Lo hago con Palacio Rudas.
Y quiero brevemente decir que yo creo que el doctor Palacio Rudas, por lo que lo conocí, por todo lo que conversamos, por todo lo que escribió, estaría bastante contento, bastante contento con lo que hemos hecho aquí en la Presidencia de la Republica.
Yo creo que él aplaudiría la ley que aprobó el Congreso para reparar a las víctimas, para comenzar a sanar heridas de una guerra que hemos tenido por casi 50 años. Yo creo que él se entusiasmaría con la Ley de Restitución de Tierras, para darles a los campesinos la tierra que les quitaron con un fusil en la mano.
Yo creo que Palacio Rudas seria un gran promotor de la reforma constitucional a las regalías, para que esas regalías lleguen a todos los colombianos y sobretodo a todas las regiones y a los compatriotas más necesitados. Yo creo que él hubiese aplaudido esa reforma constitucional.
Yo creo que Palacio Rudas estaría muy contento con esta agenda progresista y los resultados sociales que se han obtenido, en el corto tiempo que llevamos, reduciendo la pobreza en más de tres puntos; reduciendo la desigualdad el famoso ese coeficiente Gini del que hablan los economistas, en un porcentaje que nunca se había visto en tan corto tiempo en la historia del país, a un nivel el más bajo en la historia del país.
Yo creo que Palacio Rudas habría aplaudido la decisión de darle gratuidad a todos los colombianos que van a los planteles oficiales del curso cero al curso.
Yo estoy seguro que Palacios Rudas habría aprobado la unificación del POS para que todos los colombianos tengan el mismo servicio de salud.
Yo estoy convencido que inclusive estaría muy emocionado con la política de vivienda que tuvimos como inspiración al Presidente Lula (Luiz Inácio Lula de Silva), para darles a los más pobres de los pobres vivienda gratis.
Yo también estoy convencido de que el 'Cofrade' estaría muy contento con esa combinación de un crecimiento alto con una inflación baja, por aquello de la moneda sana, siempre obsesionado por la moneda sana.
Porque decía algo muy sencillo: la inflación es la política más regresiva, porque la inflación les roba poder adquisitivo a quienes solamente tienen un ingreso; en cambio eleva el precio de los activos. ¿Y quiénes son dueños de los activos? Pues los más pudientes. Por eso se obsesionaba con la política de la moneda sana.
El doctor Palacio Rudas estaría muy contento con la Corte Constitucional, con las decisiones de la Corte, por ejemplo para decir que la sostenibilidad fiscal debe ser un criterio para tener en cuenta en todas las decisiones del Estado, porque precisamente cuando no hay una situación fiscal manejable todos los derechos de los colombianos se ponen en peligro.
Yo creo que por aquello de la moneda sana, el doctor Palacios Rudas hubiera sido un gran promotor de la Ley de la Regla Fiscal que aprobó el congreso por que eso garantizara la moneda sana en el largo plazo.
También creo que estaría muy contento de esa criatura que él ayudo a formar de la Corte Constitucional defendiendo los derechos de los colombianos y no consideraría, como algunos, que la Corte es un monstruo que hay que limitar, porque está defendiendo los derechos de los colombianos.
Y estoy de acuerdo con el Presidente Samper, el doctor Palacio Rudas estaría muy contento con la Contralora (Sandra Morelli), viéndola trabajando con el Gobierno en la lucha contra la corrupción. ¡Y cáigale a quien le caiga! el resultado de las investigaciones, para que ese cáncer de la corrupción lo podamos ir extirpando con más efectividad cada día.
Yo creo que el doctor Palacio Rudas se sentía muy a gusto con los principios del Buen Gobierno, de la transparencia, de la eficiencia, de la eficacia, de la rendición de cuentas que hemos querido inculcarle a todo el Estado colombiano.
El doctor Palacio Rudas creo que estaría convencido de la bondad de tener un Gobierno que prefiere la persuasión y el dialogo a la imposición por la fuerza, pero que cuando hay que utilizar la fuerza no titubea en utilizarla.
Un Gobierno que quiere la paz, un Gobierno que sabe que la paz debe ser un fin último y que los propios militares son los que más buscan la paz, porque ellos son las primeras víctimas de la guerra.
Y el doctor Palacio Rudas estaría totalmente en contra de mantener una guerra por el prurito de mantener la guerra.
Por eso yo creo que si hacemos ese examen que yo hacia en la universidad con el doctor Palacio Rudas, desde allá arriba, desde donde está con Magola (Magdalena Santofimio de Palacio, su esposa), estaría aplaudiendo a este Gobierno. Y por eso me siento muy satisfecho.
Hay que pensar lo impensable
Y no fue lo único que me dio, pues fueron muchos los que escuché de su boca, muchos consejos, y los que practico casi a diario como regla de vida.
Él decía —y me quedó grabada— esa frase. Él decía muchísimo 'hay que pensar lo impensable'. Fue la misma frase que yo les dije a todos los miembros de las Inteligencias —de la Armada, del Ejército, de las Fuerza Aérea y de la Policía— eso de pensar lo impensable fue lo que nos llevó a la Operación Jaque.
Él también decía, con la sapiencia de una mente libre, que no había que tragar entero, y era el primero en dudar de todo informe o toda teoría que pretendiera contener la verdad revelada.
También era un hombre de estirpe absolutamente liberal, un progresista de tiempo completo, con gran sentido de lo social, que estoy seguro aprobaría con gran entusiasmo que continuara ese énfasis social en el corazón de esta Unidad Nacional en los partidos y a todo nivel.
Con todos estos antecedentes, ¡cómo no estar feliz al instalar hoy esa Comisión para la celebración de su centenario!
Esta comisión estará presidida por el Presidente Ernesto Samper, quien fue también su amigo y discípulo, y ha sido además uno de los principales promotores de este homenaje —muchas gracias, ex presidente Samper—, y contará con la participación de muchos amigos, muchos admiradores del doctor Palacio Rudas de la vida nacional y la vida pública, y por supuesto muchos tolimenses que lo conocieron muy de cerca.
Y hoy, además, se lanza en la Universidad del Rosario un nuevo capítulo de la Cátedra Alfonso Palacio Rudas, que estará bajo la dirección de nuestro querido ex gobernador —y adalid indiscutible de los consumidores— Ariel Armel.
Y yo creo que usted y Palacio Rudas también estarían de acuerdo con la nueva Superintendencia que está poniendo en cintura muchos de los abusos a los consumidores.
¡Y qué bueno saber que el pensamiento y el ejemplo del 'Cofrade' seguirán iluminando el trayecto de las nuevas generaciones de profesionales colombianos, así como iluminaron el de muchos de los que estamos hoy aquí presentes!
Desde el Gobierno estaremos atentos a las propuestas de esta comisión para dar a este año, en que recordamos el centenario de su nacimiento, todo el brillo que merece la memoria de Alfonso Palacio Rudas.
Hace dos décadas escribí un artículo sobre Alfonso, al que llamé 'un joven de 79 años', y allí dije una frase con la que hoy quisiera concluir:
' El pensamiento del Cofrade sigue representando una esperanza' .
Muchas gracias".
Tomado de;
No hay comentarios:
Publicar un comentario