Diciembre 29, 2011 - 01:19
Este autodidacta de múltiples virtudes dejó un enorme vacío entre los mariquiteños, quienes el martes anterior, lo despidieron con honores.
Entre los muchos reconocimientos que recibió Hernando Ávila se encuentra el haber sido elevado a Santo Barón entre 1977 y 2007. (Foto: FOTO SUMINISTRADA – EL NUEVO DÍA)
Adiós a 'Olafo', la memoria histórica del norte del Tolima
Sebastián de Mariquita dijo adiós a uno de sus hijos más queridos: Hernando Ávila Vanegas, el dulce 'Olafo', quien hasta su último suspiro luchó por sembrar el amor por la historia en la juventud del norte del Tolima.
A sus 85 años, este padre de cuatro hijos, Jairo, Rubén Darío, Patricia y Luisa Fernanda, fruto del amor de Susana de Ávila, trabajó porque el legado de José Celestino Mutis permaneciera en la memoria colectiva de su tierra.
Sólo un paro respiratorio pudo apagar su vida, el pasados domingo, pero emprendió su viaje al más allá sintiendo una enorme satisfacción por ver uno de sus proyectos andando, el Parque de los Canelos, según contó a esta redacción el cronista e historiador Guillermo Giraldo, su ahijado.
A este campesino ecológico, autor de canciones y poemas, Mariquita le tiene una inmensa gratitud pues sus escritos lograron despertar el “ego entre la comunidad adormecida”.
Filántropo
Para su ahijado, Hernando Ávila Vanegas, fue un hombre que amó a la humanidad, cuya meta principal fue lograr generar arraigo por los hitos históricos en las nuevas generaciones, quizá por ello, gestionó y convenció a 200 niños y a sus padres de sembrar las semillas de la especie de Belén de los Andaquíes, recuperada en 1934 por Ricardo Galviz Castro, en un terreno ubicado a 500 metros de la salida de Mariquita, que logró renacer el sueño del sabio Mutis.
Este amante de la naturaleza, desprendido de las cosas materiales, fue un reconocido cronista, historiador, escritor, poeta, radiodifusor y compositor, que ayudó a fundar el Centro Histórico de la 'Ciudad frutera de Colombia' y que se convirtió en dignatario de Corarte.
Además fue suboficial del Ejército, fundó el Cuerpo de Bomberos de Mariquita; se desempeñó como socorrista de la Defensa Civil de Honda, y durante el gobierno de Lísimaco Parra ejerció como director de Planeación Municipal y Concejal.
Sumado a ello, llegó a ser topógrafo, profesión en la que trazó acueductos, alcantarillados y las carreteras hacia las veredas de San Juan, San Diego y La Platilla, así como el carreteable Mariquita – La Victoria, en límites con Caldas.
A sus 85 años, este padre de cuatro hijos, Jairo, Rubén Darío, Patricia y Luisa Fernanda, fruto del amor de Susana de Ávila, trabajó porque el legado de José Celestino Mutis permaneciera en la memoria colectiva de su tierra.
Sólo un paro respiratorio pudo apagar su vida, el pasados domingo, pero emprendió su viaje al más allá sintiendo una enorme satisfacción por ver uno de sus proyectos andando, el Parque de los Canelos, según contó a esta redacción el cronista e historiador Guillermo Giraldo, su ahijado.
A este campesino ecológico, autor de canciones y poemas, Mariquita le tiene una inmensa gratitud pues sus escritos lograron despertar el “ego entre la comunidad adormecida”.
Filántropo
Para su ahijado, Hernando Ávila Vanegas, fue un hombre que amó a la humanidad, cuya meta principal fue lograr generar arraigo por los hitos históricos en las nuevas generaciones, quizá por ello, gestionó y convenció a 200 niños y a sus padres de sembrar las semillas de la especie de Belén de los Andaquíes, recuperada en 1934 por Ricardo Galviz Castro, en un terreno ubicado a 500 metros de la salida de Mariquita, que logró renacer el sueño del sabio Mutis.
Este amante de la naturaleza, desprendido de las cosas materiales, fue un reconocido cronista, historiador, escritor, poeta, radiodifusor y compositor, que ayudó a fundar el Centro Histórico de la 'Ciudad frutera de Colombia' y que se convirtió en dignatario de Corarte.
Además fue suboficial del Ejército, fundó el Cuerpo de Bomberos de Mariquita; se desempeñó como socorrista de la Defensa Civil de Honda, y durante el gobierno de Lísimaco Parra ejerció como director de Planeación Municipal y Concejal.
Sumado a ello, llegó a ser topógrafo, profesión en la que trazó acueductos, alcantarillados y las carreteras hacia las veredas de San Juan, San Diego y La Platilla, así como el carreteable Mariquita – La Victoria, en límites con Caldas.
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