jueves, 31 de enero de 2013

Honda, la grande Por: Augusto Trujillo Muñoz



La sanción de la ley 1612 de 2013, por medio de la cual se rinde honores a la memoria de Alfonso Palacio Rudas, pone de nuevo sobre el tapete la importancia de Honda.



Palacio nació hace cien años en la ciudad de los puentes y se convirtió en uno de sus más ilustres hijos. Como Alfonso López, José María Samper o José Antonio de Plaza. Sin desconocer otras destacadas figuras, tal vez estos cuatro son los colombianos más eminentes que Honda le haya dado al país.
Historiador y jurista, Plaza exploró también el mundo literario. Fue uno de los intelectuales más influyente durante la primera mitad del siglo xix. Samper se inició en la “Escuela Republicana” y se proyectó como uno de los grandes pensadores de su tiempo. Su ensayo sobre las revoluciones políticas y la condición social de las repúblicas colombianas, es una obra de filosofía histórica.
López modernizó su país e igualmente inspiró una escuela de pensamiento. En Honda se la conoce como “Escuela del Tolima” porque giró en torno a pensadores oriundos de ese Departamento, comprometidos con la concepción social del derecho y del estado. Con sus ideas se construyeron las instituciones de 1936. El maestro Echandía fue el más conspicuo de sus miembros.
A su vez, Palacio Rudas fue el más conspicuo de sus discípulos. Abrevó en la “Escuela del Tolima” para fundar su célebre Cofradía de los que no tragan entero. Palacio blasonaba de su condición de tolimense y de la importancia de Honda en la historia colombiana. Por eso la ley de honores, con motivo de su centenario, autoriza al gobierno para desarrollar un plan de restauración del hermoso centro histórico local.
La calle de las trampas, la catedral de Nuestra señora del Rosario, la Plaza de Mercado, el Museo del Río Magdalena, en fin, son sitios emblemáticos no sólo de Honda sino de Colombia. Honda es una especie de Cartagena más pequeña pero no menos simbólica. Menos pomposa pero también menos desigual y, sobre todo, igualmente representativa de nuestra historia política, económica, social, y con inmensas potencialidades turísticas. Honda debería ser patrimonio cultural de la humanidad.
La Comisión de Honor encargada por el presidente Santos de gestionar el centenario del Cofrade –dirigida por el ex presidente Samper- se ocupará de hacer el seguimiento a los desarrollos ordenados por la ley. Pero hay un punto básico, urgente, que no está contemplado en el texto legal porque se venía solucionando desde antes de su aprobación. Sin embargo, inexplicable y abruptamente, suspendieron las obras.
Se trata de salvar –como se oye- el puente López, amenazado por el río Gualí. “Invías” se dedicó a enviar cartas a los hondanos, a pesar de que su director se comprometió con la comunidad a resolver la emergencia. Al parecer hay un atasco en los niveles medios de decisión, que no exime de responsabilidad a los superiores, y que tiene una parte del centro histórico en peligro de desaparición. La reiniciación de esas obras no da espera. Ojalá “Invías” honre la palabra oficial, antes de que sea demasiado tarde.
*Ex senador, profesor universitario, atm@cidan.net.
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Tomado de:
http://www.elespectador.com/opinion/columna-402179-honda-grande

1 comentario:

Jorge Bonil Reyes dijo...

Insisto en que la caída del puente Pearson debe tener responsables de carne y hueso, con cédula de ciudadanía, con nombres propios. Eso sucedió y solo quedó el recuerdo. El puente López y la zona crítica del centro histórico van camino de otra tragedia. Había una vez...