Este escritor natural de la ciudad de Honda, en su libro Memorias, cuando escribe sobre Juan Fernández Córdoba y Coalla marques de Miranda, quien ocupo la presidencia el 23 de diciembre de 1645, afirma:
Enseguida se consagró a fomentar la población de la villa de Honda, negocio muy recomendado por la corte y que a la verdad demandaba especial protección, porque siendo un puerto fluvial es el entrepuente de las comunicaciones mercantiles entre los pueblos del alto y bajo Magdalena y los que están recostados hacia la cordillera oriental de un ramo de los Andes.
Ya el rey le había expedido titulo de villa desde 1643, ordenando que estableciese allí los empleados necesarios. Córdoba tomo conocido intereses en mejorar esta población y en la cual se fundaron progresivamente los conventos de jesuitas, San Francisco, la Popa o Candelaria y se erigió un hospital con el nombre de San Juan de Dios. Además como en ella se estableció una centuria después la administración de la renta de tabaco, como punto central en el virreinato para las operaciones de este ramos y se construyo una fabrica para la destilación del aguardiente de caña, todas estas ventajas unidas a la explotación de las minas de plata y oro que tiene en su territorio, le dieron una importancia de primer orden entre los lugares del virreinato, llegando hacer el emporio del comercio de las provincias interiores. El espantoso terremoto de 1805 la arraso casi por sus cimientos, y pocos años después los estragos de la guerra de independencia completaron la ruina de esta población.
Páginas 250 y 251
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